Falacia: Ad populum

FALACIAS

10/27/20241 min read

¿Qué es la Falacia ad populum?

La falacia ad populum, también conocida como la falacia de apelación a la popularidad, ocurre cuando se argumenta que algo es verdadero, correcto, o bueno simplemente porque muchas personas lo creen, lo hacen, o lo aprueban. Es una técnica de persuasión que busca validar una idea en función de cuántas personas están de acuerdo con ella, en lugar de basarse en argumentos sólidos o evidencia.

¿Porqué es importante reconocer esta falacia?

El hecho de que muchas personas acepten o practiquen algo no garantiza que sea correcto, lógico o beneficioso. Las decisiones y opiniones no deberían basarse solo en la popularidad, ya que pueden carecer de un razonamiento válido. Reconocer esta falacia ayuda a evitar conclusiones precipitadas y fomenta el pensamiento crítico, alentándonos a cuestionar si una idea es válida por sí misma, más allá de cuántas personas la respalden.

Las personas a menudo se sienten más cómodas siguiendo la opinión o los comportamientos de la mayoría porque es una respuesta emocional natural. En la publicidad, el entretenimiento y las redes sociales, es común encontrar ejemplos de esta falacia porque busca influir en la audiencia mediante una "validación social".

Ejemplo

La falacia ad populum consiste en sugerir que algo es bueno, cierto o preferible solo porque mucha gente lo acepta, lo hace o lo disfruta. En el caso del comercial, la marca intenta convencer al espectador de que Coca-Cola es la mejor opción para acompañar cualquier comida, basándose en la imagen de muchas personas disfrutándola. La falacia se encuentra en la insinuación de que, como todos parecen disfrutar la bebida, entonces eso implica que debe ser una excelente opción, sin ofrecer una razón lógica o específica que lo sustente.

¿Cómo evitar caer en esta falacia?

  1. Cuestiona la evidencia: Pregúntate si hay razones reales o beneficios objetivos para adoptar una creencia, producto o conducta.

  2. Valida la información: Busca hechos y datos concretos que respalden o refuten la afirmación en cuestión.

  3. Evita la presión social: No te dejes influenciar solo porque “todos” están haciendo algo. Es válido elegir de acuerdo a criterios propios y razonamientos sólidos.